¿Has visto esos pájaros que parecen una broma mal hecha de la naturaleza? Hay unos que, maldita sea, qué desgracia de animal feo. Personalmente me resulta interesante como es que ciertas aves llegan a clasificar en categorías como “extravagantes”, “desproporcionadas”, “estéticamente comprometidas”, etc. Ante tantas opciones de aves que parecen haber salido del aviario del infierno, te presentamos una pequeña lista con las aves más feas del mundo. Creo necesario recordar que no están en orden de fealdad, pues eso es algo relativo. A una persona puede parecerle bello lo que a mí me parece feo y viceversa.
Picozapato.
Nada más hay que echarle un vistazo a este animal para darse cuenta que no hay forma en que pueda empeorar. Bueno, tal vez sí, pero si necesitas una referencia para algo feo, aquí tienes alBalaeniceps rex. Parece un pelicano mutante. El animal está terriblemente desproporcionado, sin color y con una tonalidad predominante que sólo podríamos definir como “gris drenaje”.
Sus piernas son largas y bastante delgadas contrastando con una cabeza sumamente pesada. Estoy convencido que esto es un garabato que el arquitecto del universo publicó por equivocación.
Urutaúes grandes.
Te desafío a que veas la foto de este pájaro durante 5 segundos sin reírte:
Su tronco es tan horrible que difícilmente alguien lo clasificaría como un ave, suponiendo que le hicieron Photoshop. Para empezar el urutaú (Nyctibius grandis) es bizco. Y sus ojos están más saltados que los de Marty Feldman. Además que la pronunciación de su nombre en inglés (Potoos) se asemeja a una majadería en español, también parece el sonido que se produce cuando intentas escupir un trozo de carne atorado entre los dientes.
Su apodo de “pájaro bruja” le hace honor a su rareza, pero de ninguna forma justifica que los maten..
En los colores puede confundirse perfectamente con un tronco de árbol, y en su cabeza hay un pico que parece una pelusa, mientras que los globos oculares parecen sacados de un dibujo animado.
Ibis calvo del norte.
Geronticus calvus
Aquí tenemos a un infeliz desgraciado que parece haber sobrevivido a un accidente nuclear que le dejó la cabeza completamente quemada. El Geronticus calvus un pájaro grande con una apariencia medio derretida y las plumas (que sólo están presentes en el cuerpo) de un buitre. Pueden encontrarse en las zonas montañosas de Sudáfrica oriental, Lesoto y Suazilandia. Su dieta consiste principalmente en insectos, pequeños vertebrados, gusanos y moluscos. Es tan feo que duele.
Casuario común.
Piensa en una gallina gigante completamente negra que en algún momento se cruzó con un dinosaurio, al punto que le salió un cuerno en lugar de una cresta. Y ese toque de color azul se encarga de agregar la necesaria pizca de extrañeza extra. Si observas más allá de esa cresta dura, notarás unos ojos inquietantes y una garganta profundamente azul. Pero las cosas se ponen mucho más interesantes cuando observamos las patas: cada uno de tres dedos tiene una garra en forma de cuchillo con aproximadamente 5 centímetros de longitud.
Parece un enemigo de DBZ.
El casuario común (Casuarius casuarius) es el más grande de las tres clases que existen y el segundo pájaro más pesado en la naturaleza, apenas superado por el avestruz. Puedes encontrarlos en los bosques tropicales al norte de Australia y el sur de Nueva Guinea pero, además de su apariencia tan extraña, son especialmente difíciles de localizar. Aunque si llegas a encontrar uno, lo mejor que puedes hacer es ponerte a rezar pues son animales extremadamente violentos.
Marabú.
Aquí tienes otro campeón en fealdad. Con un pico que asemeja a unas enormes tijeras de jardinero y un plumaje en la cabeza que parece el de un pájaro leproso, esta es una de las aves más feas que podrás encontrar en la naturaleza.
Como si no fuera suficiente, los adultos llevan una masa enorme e inflamada (llamada carúncula) que parece una especie de tumor cancerígeno colgando del cuello. Los Marabú (Leptoptilos) también son enormes, con alas que extendidas pueden llegar a medir hasta 2 metros y carúnculas que superan los 30 centímetros.
Como muchas otras especies de cabeza calva, el Marabú come carroña, heces y casi cualquier tipo de materia animal que pueda encontrar, incluyendo otras aves de menor tamaño. También le encanta hurgar entre la basura humana, adoran comer palomas, gallinas e incluso perros pequeños. Hay algunos relatos de ataques a personas cuando éstas no los alimentan con rapidez.
Pollo Dong Tao.
Aquí tenemos a esta raza de gallina que resultó cuando los humanos realizaron cruzamientos buscando gallinas con piernas “suculentas”, una exquisitez muy apreciada por los orientales. La apariencia de sus piernas produce una sensación extraña. Parecen genitales con un avanzado estado de afectación por chancro.
Peor aún estimado lector, parece una gallina que sufre de elefantiasis. Qué cosa tan horrenda y asquerosa el pollo Dong Tao. Y ni hablar de los trozos de piel que le cuelgan de la cabeza.
El guajolote.
Resulta imposible no incluir en esta lista al famoso guajolote (Meleagris). Quizás sea una delicia cuando se encuentra con nuestras papilas gustativas en Navidad, pero échale un vistazo al accidente estético que representa la cara de este pobre animal.
No suficiente con tener una masa colgante de pústulas, en algunas especies estas porquerías son rojas. Ya me los imagino presumiendo: “mira mis pústulas multicolores y mi carúncula que se balancea por encima de mi pico como si fuera una trompa necrótica”.
¡Gordo, gordo, gordo!
Yo creo que este animal evolucionó de esta forma para que lo pensáramos dos veces antes de ponerlo en un horno.
Flamenco.
Los flamencos (Phoenicopterus) son considerados aves extravagantes. Pero si en algún momento me dijeran que se descubrió son extraterrestres, no me extrañaría en lo absoluto. Los flamencos son horribles.
Quizá porque son rosas, porque tienen un cuello en forma de S, por sus patas que parecen palillos frágiles o por su pico curiosamente horrendo con esa sonrisa incómoda. Quizá porquetienen ojos extremadamente pequeños, o porque suelen formar grupos enormes.
El creador vaciló un poco y les dejó el pico chueco. Después les puso un color aberrante para que nadie se concentrara en el error.